Debido a las diferencias se demandarán reuniones adicionales, “mini rondas” en Washington y Miami para marzo, y una nueva ronda adicional para el 18 de abril en Lima, un mes antes de la última ronda en Washington. La entrada en vigencia
del TLC podría demorar varios meses. Entre algunos círculos empresariales se da como un hecho enero de 2007, pero una vez se cierren las negociaciones viene todo un proceso legal que puede tomar como mínimo un año.
La situación en Bolivia: Los planes oficiales quedaron en statu quo desde la amenaza de renuncia de Mesa. Una comitiva oficial debía partir esta semana a Washington para formalizar la intención boliviana de negociar el tratado. El ministro de Desarrollo Económico, Walter Kreidler, y el coordinador del TLC, Juan Carlos Iturri, debían llevar adelante las últimas reuniones de coordinación con los empresarios para llevar una propuesta oficial. El Ministerio de Hacienda aún no desembolsó 1,4 millones de dólares para propagandizar el proceso.
2. Los temas “calientes”
El avance de la negociación en agricultura y propiedad intelectual es casi cero.
Agricultura
La VII ronda terminó sin resultados concretos. Mientras Estados Unidos se niega a discutir el tema de sus ayudas internas, calculadas sólo en 2003 en 94.1 mil millones de dólares, a los países andinos se les exige la eliminación de limitados mecanismos de protección como los aranceles y la franja de precios. La potencia advirtió que sólo negociará ayudas a sus productores en el marco de un foro multilateral que incluya a la Unión Europea y Japón.
Subsidios insuficientes: Perú subsidiará a los cultivos afectados según el volumen de producción o a la superficie cultivada. Los agroindustriales se enteraron de que los subsidios serían para el trigo, maíz y algodón. El monto sería de 30 millones de dólares anuales, una miseria frente a la multimillonaria ayuda estatal que reciben esos mismos productos en Estados Unidos. Sólo México subsidió sus productos sensibles con 10 mil millones de dólares.
Hay temas “Innegociables”: El ministro de Agricultura de Perú, Álvaro Quijandría, advirtió que “no podemos firmar un TLC que nos perjudique”. El nuevo ministro de Agricultura de Colombia, Andrés Felipe Arias, señaló que “si el sector agropecuario no sale bien librado, el tratado no se puede legitimar, hay cosas que no son negociables”.
Productos perjudicados: El gobierno peruano piensa que con el TLC se perjudicarían el maíz, el algodón y el trigo. Los agricultores añaden a la lista el arroz, el azúcar, los lácteos, las carnes y los aceites.
Propiedad intelectual
La negociación en este tema es tan controvertida que ha ocasionado inclusive problemas políticos al interior de los gobiernos.
– En la última ronda los enfrentamientos entre los miembros de la delegación colombiana (del ministerio de salud y de comercio) obligaron a Uribe a intervenir personalmente.
– El gobierno colombiano echó a Luis Ángel Madrid, jefe de la mesa de propiedad intelectual. En Perú renunció el negociador de propiedad intelectual, Luis Alonso García, al Instituto Nación de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) porque esa institución negó su respaldo a lo avanzado en las conversaciones.
– Hay una profunda fractura entre los farmacéuticos colombianos y su gobierno y una clara indisposición al interior del gobierno peruano.
Ministros de Salud unidos: Los representantes de Salud de Colombia, Ecuador y Perú acordaron actuar en conjunto en la octava ronda de Washington y se comprometieron a defender los intereses de la salud pública en general, y del acceso a los medicamentos en particular, pero dieron carta blanca a los ministros de Comercio para que negocien todo lo que sea necesario.
La contrapropuesta andina: Washington insiste en imponer un régimen de patentes, que incluye a los seres vivos, y mayores protecciones para los medicamentos de marca. Una de sus demandas es establecer un periodo de exclusividad de 10 años a los datos de prueba (información necesaria para fabricar la versión genérica de un medicamento), lo que involucra a los agroquímicos utilizados en el campo. Ecuador y Colombia están dispuestos a transar aceptar la protección de datos de prueba a cambio de que la potencia respete la biodiversidad y los conocimientos ancestrales de sus sociedades.
1. Estados Unidos busca que las demoras “injustificadas” en el trámite de otorgamiento de la patente (superior a cuatro años contados a partir de la fecha de la solicitud) se compensen con extensión de la patente. La contrapropuesta Andina es elevar ese tiempo de cuatro a siete años.
2. En Colombia es posible obtener el registro sanitario de un medicamento durante la vigencia de una patente, de manera que la comercialización de genéricos puede iniciarse el mismo día del vencimiento de la patente. La pretensión de Estados Unidos es que la autoridad sanitaria notifique al dueño de la patente la lista de empresas que solicitan permiso para comercializar genéricos de ese producto para que el dueño de la patente tenga la oportunidad de actuar contra el solicitante y aplazar aún más la venta del genérico. La propuesta de Colombia y Ecuador consiste en otorgar protección de los datos de prueba en medicamentos por un período máximo de tres años.
3. Protección exclusiva de los datos de prueba. Cuando una multinacional quiere obtener un registro sanitario para sacar al mercado un medicamento innovador, tiene que presentar estudios que demuestren la eficacia y seguridad de la sustancia. Estados Unidos busca la protección exclusiva de esos datos por cinco años, de manera que los productores de genéricos no tengan acceso a ellos. Además, los estadounidenses quieren algo que se conoce como “exclusividad de datos plus”: que a una multinacional le baste con registrar su producto en su país de origen para obtener la protección de los datos de prueba, sin necesidad de estar obligada a registrarlo en Colombia o donde piensa comercializarlo.
La contrapropuesta Andina es otorgar protección de los datos de prueba por un período máximo de tres años. La segunda parte de la contrapropuesta consiste en otorgar a Estados Unidos una prioridad de un año para obtener el registro sanitario a cambio de que ceda en su pretensión de “exclusividad de datos plus”.
Productos usados
El sector privado rechaza totalmente la importación de productos usados, pero los gobiernos tienden a excluir únicamente las confecciones, los vehículos y las autopartes. Las fronteras se abrirían a todos los demás bienes usados, como electrodomésticos y productos metalmecánicos. Se teme la quiebra masiva de empresa que remanufacturan.
3. Gana terreno el referéndum
El 98% de indígenas del sur de Colombia rechazó el TLC, según una consulta popular. 51.330 aborígenes de seis municipios del departamento de Cauca votaron y el 98% (50.305) rechazó la firma. Sólo un 1,3% de los nativos respaldó el acuerdo. La participación fue de un 75% sobre un potencial electoral de 68.448 personas, una cifra récord que superó los registros de todas las elecciones municipales realizadas en esa región. Después del éxito se comienza a hablar de una consulta nacional.
Un razonamiento que gana terreno en la región: Si el TLC constituye un hito para el desarrollo futuro, deben ser todos y cada uno de los ciudadanos los que, por la vía democrática del voto, decidan en un referendo su futuro.
Protestas ciudadanas: Diversos sectores sindicales y la presión de algunos partidos obstaculizan la ratificación del TLC con EEUU en el congreso de Guatemala. Hay bloqueos en zonas urbanas y rurales de Honduras contra TLC.
4. Estados Unidos también pierde
Estados Unidos ha sido por décadas el mayor exportador mundial de trigo y soya, pero comienza a sentir los efectos de la competencia de gigantes como Brasil y Argentina que le quitan cada vez más cuotas de mercado. Los consumidores estadounidenses exigen más alimentos orgánicos, libres de pesticidas y también desarrollan un mayor gusto por sabores internacionales. Todo esto ha echado por tierra la capacidad del sector agrícola norteamericano de generar un superávit comercial. Apenas hace cuatro años, el sector agrícola norteamericano generaba un superávit anual de 13.700 millones de dólares, pero el USDA pronostica que para fines de 2005 el superávit se reducirá a prácticamente cero, indica un reporte del Wall Street Journal.
5. Más voces críticas del TLC
Los industriales: Subirán los precios de las medicinas y los alimentos, lo cual puede generar terrorismo y narcotráfico (Manuel Yzaga, presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas de Origen de Perú). El presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano, Luis Zúñiga, piensa que el TLC significará la desaparición de la industria farmacéutica y el desempleo de miles de campesinos sin mercado donde vender sus productos.
Los expertos: El experto japonés en competitividad y estrategia, Kenichi Ohmae, piensa que Colombia no estará preparada para afrontar un TLC hasta que su economía alcance un mayor nivel de desarrollo y su ingreso per cápita esté en un nivel de al menos 5.000 dólares. No es justo competir con un país del PIB de los EEUU. ”Si se da el acuerdo, sería una especie de colonialismo industrial, un país desarrollado con empresas desarrolladas tomarían el control de empresas claves”. Ohmae es autor de casi 50 libros y la revista “The Economist” lo seleccionó como uno de los cinco “gurús” gerenciales del mundo.
Joseph Stigtliz advierte el riesgo de estos tratados bilaterales entre EEUU y pequeños países, por el poder de negociación “desbalanceado”.
Pascal Lamy cree que “algunas cláusulas en materia de propiedad intelectual rebasan ampliamente el nivel de desarrollo de los últimos y reducen de forma preocupante su posibilidad de hacer uso de los mecanismos de flexibilidad brindados por las normas ADPIC”.
Las organizaciones internacionales: Un reciente estudio realizado en Ecuador por la FAO, Unicef entre otros organismos, confirma que el efecto del TLC es contraproducente y que agravará las condiciones para los sectores de auto subsistencia.
a) El sector agropecuario pierde en todos los escenarios, incluso en el caso de que EEUU elimine subsidios y apoyos y mantengan en cero sus aranceles. Los productos afectados son el arroz, maíz (blando y duro), carnes y algunos productos lácteos.
b) Si EEUU no elimina subsidios, los productos más afectados son carnes, quesos, leche concentrada, maíz y arroz. En términos de empleo hay una caída.
6. El mito que se cae
El discurso oficial de los gobiernos andinos mantiene un argumento común: los acuerdos comerciales benefician más, y automáticamente, a los países pequeños debido a que éstos acceden a un mercado enorme. Los gobiernos piensan que las exportaciones se multiplicarán a pesar de la ausencia de políticas de competitividad, del alto costo del crédito y los servicios y de la falta de inversión en educación, salud e infraestructura.
Sin embargo, se confirmó oficialmente que más que salvavidas para las pequeñas economías, los TLC son herramientas para consolidar la hegemonía de Estados Unidos en el mundo. En la Trade Promotion Authority, el permiso del Congreso norteamericano para que el Ejecutivo negocie tratados comerciales, se señala textualmente que la suscripción de acuerdos constituye “un mecanismo para fortalecer su seguridad nacional y profundizar su hegemonía a nivel mundial. Los Acuerdos de Libre Comercio maximizan las oportunidades para sectores críticos y básicos para la economía de EEUU, como la tecnología de la información, telecomunicaciones y otras tecnologías líderes; industria básica, equipo de capital, equipo médico, servicios, agricultura, tecnología ambiental y
propiedad intelectual”. La Trade Promotion Authority añade que “El comercio creará nuevas oportunidades para que EE.UU. preserve su fortaleza sin contrapesos en asuntos económicos, políticos y militares”.
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