No podemos decir nada más; el dolor nos embarga tan profundamente que sólo podemos llorar. El Estado colombiano, como muestra de su increíble ilegitimidad, ha realizado otra masacre que baña de sangre nuestras tierras.
El ejército ha masacrado a Luís Eduardo Guerra Guerra, de 35 años de edad, líder de la comunidad y miembro del Consejo Interno desde los inicios del proceso. A su compañera Bellanira Areiza Guzmán de 17 años, a quien hace tan sólo unos días se había unido, a su hijo Deiner Andrés Guerra de 11 años y quien había sido herido el 11 de agosto de 2004 con una granada dejada por el ejército. A Alfonso Bolívar Tuberquia Graciano de 30 años líder de Mulatos y miembro del Consejo de Paz de la zona humanitaria de Mulatos. A su compañera Sandra Milena Muñoz Pozo de 24 años y a sus hijos Santiago Tuberquia Muñoz de 2 años y a Natalia Andrea Tuberquia Muñoz de 6 años.
Luís Eduardo Guerra había salido el sábado 19 de febrero de su casa en San José hacia su finca en la vereda Mulatos (queda a unas 7 horas de San José) con el fin de recoger cacao; sus planes eran regresar el lunes 21. Pero ese lunes 21 hacia las 11 a.m. fueron detenidos en el río Mulatos por miembros de la Brigada XI (once) del ejército. Luís Eduardo iba de salida hacia San José con su compañera Bellanira, su hijo Deiner y otro joven, medio hermano de Luís Eduardo. El ejército los amenazó y les dijo que iban a llevárselos para asesinarlos. Al escuchar esto, el medio hermano de Luís Eduardo logró correr. Pero Luís Eduardo, Bellanira y Deiner fueron llevados desde ese sitio de la vereda Mulatos hasta La Resbalosa, la vereda siguiente. Allí los llevan a la casa del señor Alfonso Bolívar.
El martes 22 el medio hermano de Luís Eduardo, quien había logrado huir del ejército, va a buscarlos y en la casa de Alfonso Bolívar encuentra sangre y sigue su rastro hasta encontrar, cerca de la casa, una fosa con los cadáveres despedazados totalmente. Este terrible hallazgo fue hecho por el joven y otras personas de la vereda Mulatos que habían salido a buscar a los desaparecidos.
Estos son los hechos que hemos logrado esclarecer. Luís Eduardo gran amigo y gran líder, defensor de los derechos humanos, fundador de nuestra comunidad, delegado desde hace cinco años por la comunidad para interlocutar con el Estado en la concertación de las medidas provisionales, desde hace tres años integrante y coordinador del comité de derechos humanos de la comunidad, viajó varias veces por invitación de Europa y Estados Unidos a compartir su experiencia. Su muerte nos embarga de un dolor indecible y las circunstancias de su asesinato como el de las personas que fueron masacradas con él, nos llena de rabia e indignación.
Aún hay hechos alrededor de esta masacre que quedan por aclarar. Pero este comunicado es urgente pues queremos recuperar los cuerpos de nuestros amigos. Para ello saldrá una comisión de unas 300 personas hacia la vereda La Resbalosa, que queda a unas 9 horas de San José. Nuestro sentido de humanidad nos demanda hacerlo. No podemos dejar que el olvido y la sevicia del Estado haga que nuestros compañeros sean abandonados. Por lo tanto dejamos esta constancia a la historia y pedimos la solidaridad nacional e internacional para que se pronuncie en contra de este hecho aberrante que afecta a toda la humanidad. También pedimos que se exija al Estado colombiano el respeto a esta comisión de personas que vamos a ir a recuperar los cadáveres que ha dejado esta masacre.
Creemos que el mismo terror habla por sí mismo. Luís Eduardo, tu memoria, tu compromiso, tu claridad, tu amistad, nos da fuerza en medio del dolor. Como siempre lo reflexionamos, no retrocederemos en nuestros principios aunque el Estado, con sus paramilitares, nos acaben a todos.
Comunidad de Paz de San José de Apartadó
Febrero 24 de 2005