Si bien América Latina y el Caribe, en términos generales, no presenta en la actualidad desigualdad de género en educación, persisten diferencias significativas entre los ingresos laborales de las mujeres y los de los hombres –entre un 30 y 40% más bajos-, las mujeres son más vulnerables frente a situaciones de pobreza y aún no hay suficiente representación femenina en los parlamentos.
Éstas son algunas de las principales conclusiones relativas a la equidad de género del informe Los Objetivos de desarrollo del Milenio: una mirada desde América Latina y Caribe, cuyos resultados fueron presentados durante la Trigésima octava reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se desarrolla entre el 7 y 8 de septiembre en Mar del Plata, Argentina, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La presentación de las conclusiones de este informe regional estuvo a cargo de Marta Maurás, Secretaria de la Comisión, CEPAL, acompañada por Nilcea Freire, Ministra de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres del Gobierno de Brasil.
Según el documento, en los nueve países analizados hay más niñas que niños matriculados en el nivel secundario y hay más mujeres que hombres en la educación superior en Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, El Salvador, Honduras, Jamaica, Venezuela, Trinidad y Tabago y Uruguay. Sin embargo, en materia laboral, el creciente ingreso de las mujeres al mercado del trabajo sigue concentrándose en empleos precarios, mal remunerados y de baja productividad. Asimismo, los ingresos de las mujeres alcanzan al 69% de los masculinos en promedio, según datos de 2002, y esta desigualdad es más acentuada entre las y los trabajadores con más de 13 años de estudio que entre aquellos que tienen menores niveles educativos.
En la reunión se discutió, por otro lado, sobre políticas de protección social y equidad entre hombres y mujeres. Un panel de especialistas abordó los aspectos teóricos y políticos de la protección social desde una perspectiva de género, incluidos los programas de alivio de la pobreza y los sistemas previsionales y el trabajo no remunerado de las mujeres, especialmente la denominada “economía del cuidado” que alude a aquellas actividades vinculadas con el cuidado de niños, enfermos y personas mayores que tradicionalmente llevan a cabo las mujeres y que suplen los déficits de los sistemas estatales de protección social.
Según Marta Maurás, el debate sobre este tema no ha sido suficientemente analizado en la región y se espera que esta reunión contribuya a profundizar el mismo. Sin embargo, hay algunos avances entre los cuales hay que destacar los casos de Costa Rica donde se han adoptado medidas de acción positiva tendientes a mejorar la situación de las mujeres en el sistema previsional haciendo pesar el trabajo doméstico no remunerado en las cotizaciones, y de Belice donde hay, desde 2003, una pensión no contributiva para todas las mujeres mayores de 65 años. En el mismo sentido, en Cuba hay contribuciones universales, y en Brasil, añadió, una reciente enmienda constitucional reconoce la contribución social y económica del trabajo doméstico no remunerado y declara la inclusión de quienes lo realizan y tienen bajos ingresos a la previsión social.
Otros de los temas relevantes de la reunión fue el análisis del impacto en seis países de la región del proyecto “Políticas laborales con enfoque de género”, ejecutado por la CEPAL con el apoyo de la Agencia de Cooperación de Alemania (GTZ). Este proyecto fomenta la implementación de medidas a favor de la equidad de género en políticas laborales, tanto a nivel nacional como local, mediante el desarrollo de estudios sectoriales y la elaboración de propuestas de políticas consensuadas intersectorialmente, así como la constitución de mecanismos de diálogo y concertación interinstitucionales para la implementación de medidas de política más equitativas que afecten positivamente en la calidad del empleo de las mujeres.
Los países miembros de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe presentaron ejemplos de políticas o programas en un área o sector de las políticas públicas (pensiones, lucha contra la pobreza, seguros de desempleo u otro ámbito de la protección social) en los que se integró adecuadamente la perspectiva de género en su ejecución, así como ejemplos de políticas o programas que valorizaron el trabajo no remunerado y de cuidado realizado principalmente por las mujeres, incluidos aquellos que favorecieron el acceso al empleo de las mujeres en un contexto de responsabilidades familiares compartidas.
8 de septiembre de 2005