Un millón de menores de edad trabaja en pequeñas minas y canteras de todo el mundo y, de ellos, casi la tercera parte vive en América Latina. La gran mayoría de esos casi 300.000 infantes están en Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú.
La OIT ejecuta programas para rescatar, en esos cuatro países, a los menores que trabajan día y noche en canteras artesanales o familiares, las que, generalmente, no cumplen con las medidas mínimas de seguridad. Estas canteras están fuera de todo control o regulación.
Fuentes de la OIT aseguran que hay 103.000 niñas y niños en esa situación en Colombia, 50.000 en Perú, 13.500 en Bolivia y 1.500 en Ecuador. A estos habrá que sumar los casos de Brasil y Nicaragua, aunque se carece de cifras exactas sobre estos dos últimos países.
Representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores reunidos en Ginebra, Suiza, con ocasión de la Conferencia anual de la OIT, han firmado un acuerdo que los compromete a eliminar ese tipo de trabajo infantil.
Entre los países que suscribieron el acuerdo se encuentran Brasil, Colombia, Ecuador, Nicaragua y Perú, por América Latina, así como Burkina Faso, Costa de Marfil, Mali, Gana, Senegal, Togo y Tanzania, por África; Mongolia, Filipinas y Pakistán, por Asia.
Habrá que devolver una vida normal en el plazo de cinco a diez años a ese millón de niñas y niños mineros, aseguraron los representantes de los países que se reunieron en Ginebra.
Expertos de la OIT dicen que se trata de una meta realista, ya que los niños y niñas en ese sector son relativamente pocos con respecto a los 245 millones de infantes trabajadores en todo el mundo. De estos, 179 millones realizan actividades peligrosas o son forzados a participar en el tráfico de drogas, en conflictos armados o a prostituirse, según datos de la agencia especializada de la ONU.
La atención que se ha decidido prestar a los menores involucrados en actividades mineras se debe a que, generalmente, son los que están expuestos a los riesgos más graves, aseguró el director del Programa de Eliminación del Trabajo Infantil de la OIT, Guy Thijs.
Estos niños y niñas son utilizados, por su pequeño tamaño, para trabajar en túneles estrechos, donde deben pasar varias horas al día y extraer los minerales, sin ventilación alguna y expuestos al polvo y al calor, con los consiguientes problemas respiratorios que ello acarrea, agregó Thijs.
Mujereshoy, 15.06.2005